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私について
¡Vamos a jugar! Tus problemas déjalos, ven a disfrutar, ¡ven a Fraggle Rock!
Quiero quedarme tres minutos mirando a través de una ventana de la que no soy consciente, me gustan los encuentros cuando somos pocos los que gritamos, espero poder compartir una montaña con alguien tras haberla acompañado a la cima, me gusta jugar con las palabras, me río de mi mismo siempre que puedo, odio la ignorancia atrevida, aunque me atrevo a reconocer la mía, quiero hacerme viejo acompañado, espero que en mi entierro se brinde con cava y que sea "a mi salud", deseo desear y que me deseen, quiero más abrazos en mi vida y estoy dispuesto a compartirlos. Busco lo que mucha gente, pero lo busco como nadie: reír hasta ver luces con los ojos cerrados, discutir sobre el uso de los coches en la actualidad, cansarme de follar, hacer fotografías mentales de determinados momentos, frases o carteles, poder contar las cosas que (se) me ocurren durante el día y relativizar mis desgracias, si puede ser con ironía.
Me encantan las mujeres decididas, con carácter, traviesas, divertidas, con opiniones y sueños propios. Me gustan las risas irreverentes, las caras de circunstancias divertidas, los momentos banales entrañables, las caricias estremecedoras, el calor en la cama, los accesos de carcajadas, los espectros compartidos, los estudios patafísicos de alcoba, las reverencias a su alteza, reina del erotismo, los tres dedos de la mano que apaciguan tormentas, los regazos acogedores, las críticas literarias de cocina, con un pescadito en el horno, las señales de apoyo de pupilas entrecruzadas, levantarme cabreado a por churros y acabar sonriendo durante un desayuno prolongado, las fiestas reivindicativas, los viajes de pasión, los cuadros de autor de cafetería, algún rincón perdido de la ciudad con una mano que coger, tener algo que contar y nada que perder, echarme una siesta en la hierba con una cabeza en mi barriga que acariciar.
Quiero quedarme tres minutos mirando a través de una ventana de la que no soy consciente, me gustan los encuentros cuando somos pocos los que gritamos, espero poder compartir una montaña con alguien tras haberla acompañado a la cima, me gusta jugar con las palabras, me río de mi mismo siempre que puedo, odio la ignorancia atrevida, aunque me atrevo a reconocer la mía, quiero hacerme viejo acompañado, espero que en mi entierro se brinde con cava y que sea "a mi salud", deseo desear y que me deseen, quiero más abrazos en mi vida y estoy dispuesto a compartirlos. Busco lo que mucha gente, pero lo busco como nadie: reír hasta ver luces con los ojos cerrados, discutir sobre el uso de los coches en la actualidad, cansarme de follar, hacer fotografías mentales de determinados momentos, frases o carteles, poder contar las cosas que (se) me ocurren durante el día y relativizar mis desgracias, si puede ser con ironía.
Me encantan las mujeres decididas, con carácter, traviesas, divertidas, con opiniones y sueños propios. Me gustan las risas irreverentes, las caras de circunstancias divertidas, los momentos banales entrañables, las caricias estremecedoras, el calor en la cama, los accesos de carcajadas, los espectros compartidos, los estudios patafísicos de alcoba, las reverencias a su alteza, reina del erotismo, los tres dedos de la mano que apaciguan tormentas, los regazos acogedores, las críticas literarias de cocina, con un pescadito en el horno, las señales de apoyo de pupilas entrecruzadas, levantarme cabreado a por churros y acabar sonriendo durante un desayuno prolongado, las fiestas reivindicativas, los viajes de pasión, los cuadros de autor de cafetería, algún rincón perdido de la ciudad con una mano que coger, tener algo que contar y nada que perder, echarme una siesta en la hierba con una cabeza en mi barriga que acariciar.
